Los principales obstáculos para usar la bicicleta y caminar pasan por el deficiente diseño de las calles y el espacio público que durante décadas ha fomentado y privilegiado al automóvil, mientras los ciudadanos han debido adaptar hábitos de movilidad a las demandas motorizadas.
Promover el uso de la bicicleta y el caminar, permite a la sociedad y las personas, avanzar hacia una movilidad eficiente, sustentable y equitativa en nuestra ciudad. Quienes optan por este modo de transporte, ahorran espacio, no contaminan y consumen menos recursos. Invitar a las personas a caminar y pedalear permitirá reactivar físicamente a millones de ciudadanos, mejorando la salud de la población y creando una mejor convivencia en el espacio público.